martes, 31 de mayo de 2011

SIFILIS

Antiguamente, era considerada la enfermedad de transmisión sexual más peligrosa, hasta que el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en 1928 se convirtió en un tratamiento eficaz para controlarla. Esta causada por una bacteria llamada treponema pallidum. La vía principal de transmisión es el contacto sexual, pero también puede contagiarla la madre al feto durante el embarazo, a través de la placenta.
Evoluciona en tres etapas. En la primera, pocas semanas después del contagio, aparecen unas pequeñas ulceras rojizas (chancro sifilítico) en la zona en donde se a producido el contacto (genitales, ano, boca) las lesiones desaparecen poco después. Unos meses más tarde, los treponemas se extienden a través de la sangre por todo el organismo, dando lugar diversas lesiones generalizadas: manchas en la piel, ganglios inflamados, fiebre, dolor de garganta pérdida de apetito y malestar general. Estos síntomas pueden desaparecer incluso sin tratamiento, pero la enfermedad sigue latente. Años después del contacto, la enfermedad continua la fase latente durante un largo periodo de tiempo. Si no se aplica un tratamiento pueden producirse: ulceras en la piel y órganos internos; inflamación de las articulaciones; lesiones de corazón, hígado y sistema nervioso central. Hemos dicho que la sífilis se elimina con antibióticos. No obstante si no se actúa rápidamente para curarla existe el riesgo de que las lesiones producidas sean ya irreversibles, cuando se aplique el tratamiento.

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